LUCHANDO POR UNA NUEVA CULTURA. ¿CÓMO EL ACTIVISMO ES NECESARIO PARA PELEAR EN CONTRA DE LA VIOLENCIA SEXUAL?
Autora: Kolfinna Tómasdóttir
Traducido al español por Ana Elena Acon
“Nunca duden de que un pequeño grupo de ciudadanos comprometidos y considerados pueden cambiar
el mundo; de hecho, es lo único que lo ha logrado”. Margaret Mead
En Mayo del 2011, un policía Canadiense les dio el consejo equivocado a unas mujeres sobre evitar vestirse como putas para evitar ser agredidas sexualmente. Obviamente, es un asunto muy grave que alguien, que se supone que garantiza la seguridad de todos los ciudadanos, delegue esta responsabilidad y vergüenza en las víctimas, el mundo no lo dejó pasar. Esto dio lugar a un nuevo movimiento de protesta, "SlutWalk”,donde unas 2000 personas, vestidas casualmente o también de forma provocativa, tomaron parte de las marchas en Toronto.
A raíz de la marcha, estallaron protestas en todo el mundo con grupos de mujeres vestidas de “putas” para llamar la atención sobre lo absurdo de los comentarios de la policía. Las protestas pronto se convirtieron en SlutWalks organizadas y regulares para pedir el fin de la cultura de la violación culpabilizar y avergonzar a las víctimas de agresión sexual. El movimiento SlutWalk ha generado una amplia cobertura mediática y ha probado discusiones y debates sociales en todo el mundo..
SlutWalk es un movimiento base que comenzó con mujeres jóvenes, pero se ha ganado el apoyo más amplio en diferentes sociedades. Una parte del mensaje ha sido una expresión a través de la vestimenta y apariencia de las participantes para comunicar que están cansadas de ser oprimidas por la vergüenza, ser juzgadas por su sexualidad y sentirse inseguras. Estar a cargo de la vida sexual propiamente de cada persona, no significa que se debe de tener apertura a la expectativa de la violencia. Los manifestantes han desafiado la concepción social de que la forma en que visten las mujeres puede ser una razón para la violación de mujeres por parte de los hombres.
ISLANDIA COMO EL PAÍS CON MÁS IGUALDAD DE GÉNERO DEL MUNDO
Los activistas en Islandia se apresuraron a mostrar su solidaridad con los manifestantes en Canadá y marcharon en su primera SlutWak en Reykjavík,la capital de Islandia, en Julio del 2011. El activismo por definición es “la política o acción de utilizar una campaña vigorosa para el iniciar el cambio”. Un papel importante en situaciones donde se necesita un cambio “Abdalla y Sender, 2019, p.85).
Con respecto al SlutWalk en Canadá, el objetivo era erradicar los prejuicios que se han visto reflejados en el énfasis al código de vestimenta y la condición de las víctimas en discusiones sobre violencia sexual. Por consiguiente, los organizadores de la marcha querían llevar la atención al hecho de que los perpetradores son los responsables de violencia sexual,no las víctimas. El “SlutWalk” en Islandia creció bastante rápido, y han protestado por una gran cantidad de proeblemeas, desde prejuicios hacia el código de vestimenta de las víctimas, hasta demandar cambios en el código criminal para que la Corte en Islandia tome el abuso sexual de manera más seria.
En Islandia, la injusticia no se afronta tranquilamente. Un ejemplo de esto es cuando un grupo de manifestantes limpió las paredes exteriores y las escaleras de la Corte Suprema de Islandia después de un fallo en un caso de agresión sexual grave en el 2013. El objetivo era limpiar la opinión sucia de la Corte Suprema sobre la violencia secual para el futuro de la nación. En este caso en particular, un grupo de personas agredió a una mujer en su domicilio; uno de los agresores metió un dedo en la vagina de la víctima y otro en su ano, y pellizcó con fuerza entre ellos (Fiscal v. Andrea Kristín Unnarsdóttir, X, Elías Valdimar Jónsson, Y y Jón Ólafsoon). A pesar de que la víctima se sintió agredida sexualmente, el Tribunal vio esto solamente como una agresión física, no sexualEn este punto, lo cambió. La sociedad ya no podía permanecer en silencio y la única forma de avanzar era el cambio.
Islandia es líder en el Índice Global en la Brecha de Género del Foro Económico Mundial por undécimo año consecutivo. A pesar encontrarse en la cima, todavía existe un desprecio por la discriminación de las mujeres y la cultura de la violación dentro de la sociedad. Esos problemas a menudo se sacan de contexto o se subestiman, pero son extremadamente graves y deben de ser erradicados (Steinþórsdóttir y Pétursdóttir, 2019, p. 16). Me resulta incomprehensible que la violencia de género falte en las mediaciones del Índice Global de Brecha de Género, ya que las relaciones desiguales de poder entre hombres y mujeres se se manifiestan a través de la violación.[1]
Un artículo de investigación islandés de 2019 de Finnborg Salome Steinpórsdóttir, designado postdoctoral, y Gyða Margrét Pétursdóttir, profesora de estudios de género en la Universidad de Islandia, afirma que la violencia sexual es una norma en Islandia. Además, el artículo establece que la frecuencia de los delitos sexuales, así como la inacción del gobierno, arroja luz sobre cómo se normaliza la violación. La sociedad es consciente de que existe este problema, pero al mismo tiempo se hace poco para combatirlo. La violación se considera casi inevitable, algo que puede evitarse si se cuida a sí mismo. Es importante tener en cuenta que este es un problema de género, ya que las mujeres son la mayoría de las víctimas y los hombres la mayoría de los perpetradores (Steinþórsdóttir y Pétursdóttir, 2019, p. 16). Después de tener éxito en acercarse a la igualdad de género completa, uno podría preguntarse si la reacción violenta hacia el movimiento feminista está haciendo que Islandia retroceda y además de lo que podría suceder a partir de ese momento.
Objetivo final
Las mujeres de todo el mundo están sujetas a diversos tipos de violencia. La violencia contra la mujer representa un problema social profundamente arraigado que limita su capacidad en todos los aspectos de la vida. Las feministas lo han explicado como parte del orden mundial jerárquico, pero el abuso sexual y emocional de las mujeres es un tema profundamente arraigado en muchas partes del mundo (Jeong, 2000, p.75). En un mundo perfecto, “SlutWalk” no sería un movimiento necesario. Pero hasta que se elimine la violencia de género, la lucha por el cambio continuará. El objetivo final del cambio es construir un mundo en el que se respete la autodeterminación de cada individuo con respecto a las relaciones sexuales. Es un mundo donde todos podamos sentirnos seguros y donde se haga justicia. Un mundo donde un toqueteo o atención no deseados, no se tomen a la ligera.
Como se mencionó anteriormente en el artículo, Islandia realmente ha tenido un gran éxito en lo que respecta a la igualdad de género. Todavía no estamos al final del camino, pero después de poderosas protestas y la demanda del cambio a través de “SlutWalk” en Islandia, los que están a cargo comenzaron a escuchar. Los políticos se despertaron, la polícia requería hacerlo mejor y la opinión de los tribunales incluso comenzó a cambiar. De forma lenta pero segura, algo se movía en una dirección distinta.
En el 2017, se propuso un proyecto de Ley al Parlament. El proyecto de ley sugirió que el artículo 194 del Código Penal se modificaría de tal manera que el consentimiento estaría a la vanguardia de la definición de violación.. De esa manera, se abandonaría el énfasis principal en el método de violación, como la fuerza física. En su lugar, se pondría más énfasis en la libertad sexual y el derecho de la persona a la autodeterminación definiendo la violación en función de si se ha obtenido o no el consentimiento (Parliamentary record: Þskj. 552 on amendments to the Criminal Code no. 19/1940, 146. Lögþ. 2016-2017).
En 2018, el proyecto de ley fue aprobado por unanimidad, pero un miembro del Parlamento se abstuvo. En febrero del 2021, el Parlamento aprobó un cambio al Código Penal que establece que cualquier persona que distribuya imágenes sexuales, o imágenes que involucren desnudez, sin su consentimiento, ahora puede enfrentar hasta cuatro años de prisión. El proyecto de ley fue aprobado por unanimidad y tiene como objetivo abordar la violencia sexual digital fortaleciento la protección legal de quines han sido violados (Parliamentary record: Þskj. 296 on amendments to the Criminal Code no. 19/1940, 151. Lögþ. 2020-2021).
Además, ahora es un delito amenazar, seguir, contactar o acechar de alguna manera a otra persona, si el comportamiento es repetitivo y cause miedo o ansiedad (Parliamentary record: Þskj. 864 on amendments to the Criminal Code no. 19/1940, 151. Lögþ. 2020-2021). Creo que estos no estarían ocurriendo sin la conciencia que han creado los movimientos activistas como “SlutWalk” y #MeToo.
Estos cambios al Código Penal son un gran ejemplo de cómo el Parlamento reaccionó correctamente a las demandas del cambio, demandas que podrían haberse convertido en un conflicto mucho más grande y difícil. En este caso, todos los partidos políticos en el Parlamento optaron por perseguir esto de manera constructiva mientras compartían el objetivo de una sociedad más justa. Según Ramsbotham, Woodhouse y Miall, este es el primer elemento de la capacidad para prevenir conflictos, es decir, en el grado en que se coordinó el objetivo (Ramsbotham, Woodhouse y Miall, 2016, p. 146).
A pesar de que los profesionales han debatido que el cambio con respecto al consentimiento dentro del Código Penal islandés no cambiará mucho con respecto a las acusaciones y fallos en los casos de agresión sexual, sin embargo, indicará claramente que se necesita el consentimiento. Con eso, uno podría esperar que el mensaje sea claro y que la cultura cambie. Solo el tiempo dirá cómo reacciona la sociedad ante este cambio. En mi opinión, el sistema necesita tomar más pasos como este. No puede ser que si la ley no impulsa el cambio, no sea necesario un cambio. El mensaje que da la ley y el tono que da es, desde mi perspectiva, casi tan importante como el poder que tiene. Necesitamos sentir que la ley nos protege y garantiza nuestros derechos. Si la ley no refleja los puntos de vista, y las acciones del ciudadano medio, ¿cuál es el objetivo final?
¿Un paraíso para las mujeres?
Islandia es el país del mundo con mayor desigualdad de género, pero todavía queda una montaña por delante. Como se mencionó, la violencia de género no forma parte de las mediciones del Índice Global de Brecha de Género y, a través de ejemplos recientes, hay trabajo por hacer.
n exministro de Relaciones Exteriores, embajador y miembro del Parlamento en Islandia ha sido acusado de violencia sexual, incluso contra su propia hija. Recientemente, el Estado islandés acordó pagar a su hija 1,2 millones ISK (aprox. 9.300 USD) en daños y 400.000 ISK (aprox. 2600 USD) en honorarios legales con respecto a una decisión de la Autoridad de Protección de Datos, que llegó a la conclusión de que la oficina del Jefe de Policía en el área de la capital violó la ley al pasar información sobre ella a su padre.Actualmente, un caso en el que se le acuso de acoso sexual hacia una mujer islandesa en España, ha sido devuelto al Tribunal de Distrito de Reykavík desde el Tribunal de Apelación[2] El Tribunal de Distrito previamente desestimó el caso alegando que la violación no encajaba en el artículo español sobre acoso sexual,pero el Tribunal de Apelación cree que sí. Varias mujeres han acusado a este hombre de violencia sexual y las acusasiones se remontan a 1992,cuando era embajador.
Otro exministro de Relaciones Exteriores participó activamente en la campaña de la ONU HeForShe al organizar una conferencia en 2015 destinada a involucrar a los hombres en la igualdad de género y eliminar la violencia contra las mujeres. Fue visto como un defensor de los Derechos de la mujer, pero rápidamente se ensombreció su trabajo después de que lo grabaron en un bar local en Reykjavík con otros parlamentarios, degradando abiertamente y despidiendo a sus colegas femeninas de una manera misógina. Esa noche desacreditar su trabajo en pro de la igualdad de género, el trabajo que dio forma al “paraíso” islandés.
En el Día Internacional de la Mujer, el 8 de marzo del 2012, se anunció que nueve mujeres islandesas habían presentando demandas contra el estado islandés ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH). Según Steinunn, portavoz de Stígamót, un centro de educación y asesoramiento para los sobrevivientes de abuso sexual y violencia, todas las mujeres habían denunciado previamente sus casos a al policía. Los casos incluyen violencia sexual, violencia doméstica o acoso sexual, pero los casos se reiteraron desués de una investigación policial y esa decisión fue confirmada por el fiscal. Alrededor del 70-85% de este tipo de casos incluso se desestiman antes de que puedan ingresar a la sala del Tribunal.
Stigmast considera esto como una desigualdad sistemática y primero enviará un caso y luego el siguiente, por los mismos fundamentos legales, para mostrarle al TEDH que no se trata de un caso individual que se echó a perder, sino que se trata de un patrón continuo. Aunque el proceso puede llevar años, este es un momento histórico. Este es el momento en el que ya es suficiente, y no aceptaremos que las victorias que hemos logrado hasta ahora sean suficientes. El hecho de que Islandia sea el país con mayor igualdad de género en el mundo es una mala noticia para todo el mundo, porque necesitamos más.
El cuidado, la compasión y la crianza son valores femeninos que han enriquecido las concepciones de la paz. La aplicación de los valores femeninos, más importante aún, a la transformación radical de un orden social opresivo, ha servido como un principio importante en la lucha por lograr la paz (Jeong, 2000, p. 75). Necesitamos mantener la aplicación de estos valores. El objetivo final no solo es hacer que la sociedad sea más segura para las víctima sde abuso sexual, sino que también debemos contar con los recursos adecuados para los perpetradores. Necesitan regresar a la sociedad como mejores individuos con un mayor respeto y compresión de la autodeterminación de cada persona, listos para asumir la responsabilidad de sus acciones y ser parte de la solución. Sin los recursos adecuados, no estamos abordando la raíz del problema y, por lo tanto, vamos con las probabilidades de que el crimen se vuelva a cometer.
En un mundo perfecto, la violencia de género no existiría y “SlutWalk” sería redundante. Pero hasta que lleguemos allí, en lugar de decirles a las mujeres cómo vestirse, cómo no dar las señales incorrectas o ponerse en situaciones peligrosas, ¿no deberíamos más bien enseñarle a los hombres cómo comportarse?
Desafíos pasados, actuales y futuros
Como en muchos otros países, Islandia ha avanzado mucho en el logro de la igualdad de género, pero ningún país ha alcanzado aún el objetivo final. El camino hacia donde nos encontramos hoy ha sido empinado y no ha estado exento de contratiempos, pero aún una gran montaña por delante.
Como el tema de las fuentes de los conflictos se ha debatido durante mucho tiempo, hemos escuchado declaraciones en la dirección de que la causa de todo conflicto es causada, por ejemplo, por la religión o el dinero (Abdalla y Sender, 2019, p. 35). No siempre es así, ya que los conflictos pueden deberse a múltiples motivos.
En mi opinión, el mayor desafío a superar al cambiar la cultura de la violadción, y el conflicto que surge en esos casos, es la visión no solamente de los posibles abusadores, sino también de la visión de la sociedad sobre el abuso sexual en su conjuento
Susan Brownmiller tenía la teoría de que la violencia contra las mujeres era la base de la dominación masculina sobre las mujeres. No todos los hombres violan, pero el hecho de que algunos lo hagan es suficiente para que las mujeres se sientan amenazadas. Por eso el concepto de violación afecta a todas las mujeres (Brownmiller, 1975, p.15) y a la sociedad en su conjunto. Las víctimas de la violencia, sus familiares y amigos que pueden experimentar diversas versiones de estrés, familiares y amigos de los perpetradores que experimentan vergüenza e ira con los miembros de la comunidad local que se sienten menos seguros (Koss, 2014, p. 1624). La amenaza conduce al miedo, y el miedo a la violación es una parte importante de la cultura de la violación. El miedo a la violación puede obstaculizar a las mujeres y menoscabar su libertad y, por tanto, contribuye a mantener la posición subordinada de las mujeres en la sociedad (Steinpórsdóttir y Pétursdóttir, 2014, p. 7-8).
Aunque creemos que la mayoría de la gente diría que está en contra del abuso sexual, no es tan simple. El problema a menudo radica en la seriedad con la que nos lo tomamos. En este punto no se trata solo de cambiar la visión sobre cómo visten las mujeres, qué tan borrachas están o si caminaban solas a casa en medio de la noche, sino más bien sobre cuánta responsabilidad está dispuesta a ponerle sociedad sobre los perpetradores. Con demasiada frecuencia, el futuro del perpetrador se considera demasiado valioso para arruinarlo con lo que se dice que es un pequeño error. Falta de juicio. Un malentendido borracho.
El mundialmente conocido caso de violación de Stanford (El pueblo del estado de California en contra de Brock Allen Turner) demostró justamente eso. Un joven que era estudiante en Stanford había agredido sexualmente a una mujer ebria inconsciente. Cuando el perpetrador fue condenado, enfrentaba hasta 14 años en una prisión estatal. Los fiscales habían pedido seis años, pero el juez ordenó mucho menos. El perpetrador recibió seis meses de cárcel del condado y tres años de libertad condicional, ya que una sentencia más severa tendría un “impacto severo” en élun nadador estrella, que podría llegar a los Juegos Olímpicos. No todos los casos captan la atención de los medios de todo el mundo y un debate acalorado como este, pero su caso es la manifestación de la visión que debe cambiar. Este caso es solo una gota en el océano que se llena de sentencias cortas, casos desestimados o víctimas que ni siquiera informan a las autoridades sobre lo sucedido. Uno podría preguntarse si el sistema judicial se tomará los casos de abuso sexual tan serio como el hurto, ¿estaríamos nosotros como sociedad en otro lugar el día de hoy?
No podemos cambiar el sistema sin darnos cuenta de que “un individuo basa sus valores y creencias en el código moral de su contexto social y cultural. El grupo al que pertenece una persona da forma a sus valores, verdades y comportamientos, y ayuda a la persona a desarrollar su identidad”. (Abdalla y Sender, 2019, p. 51). Esta declaración realmente toca el problema y explica las dificultades que enfrentan las sociedades cuando intentan cambiar el problema profundamente arraigado de la cultura de la violación.
Cuando las personas crecen, su entorno es importante. Si la cultura es barre el acoso sexual debajo de la alfombra y considerar la atención no deseada como complicado, no es de extrañar que a las personas les resulte difícil responsabilizar a los perpetradores de sus acciones, ya que podría como dirían algunos, tener terribles consecuencias en sus vidas futuras. En estas situaciones, es posible que no se olviden las consecuencias sobre las víctimas.
El abuso sexual puede tener numerosas consecuencias potenciales que pueden durar toda la vida. Puede tener efectos graves en la salud física y psicológica de la víctima y el cuidado de las víctimas no puede ser segundo al cuidado de los perpetradores. Encuentro vital que los perpetradores obtengan la ayuda necesaria para lidiar con sus acciones y regresar a la sociedad como mejores personas, pero eso no se logrará dándoles la salida para que no afecte su futuro. ¿Se arrepentirán alguna vez los perpetradores de sus acciones si no se los toma en serio?
Para poder continuar la lucha para poner fin a la cultura de la violación con resultados permanentes, considero crucial que la comunidad comprenda realmente qué es el abuso sexual. Todos debemos comprender cómo afecta a las víctimas y por qué debemos poner más atención y recursos en enseñar a las personas a no lastimarse entre sí en lugar de enfocarnos en cómo se debe tener cuidado. Y, quizás lo más importante, necesitamos que hombres y niños participen en la conversación y sean parte de la solución.
Pensamientos finales
Es seguro decir que el activismo ha jugado un papel vital en el camino que se ha pavimentado, para acercarnos a un mundo mejor y más seguro para todos. Lamentablemente, no es un hecho que todo los ciudadanos del mundo vivan en sociedades en las que puedan hablar con tanta libertad como los demás, además además de poder criticar abiertamente a sus Parlamento, su Gobierno, los Tribunales y otros que desempeñan un papel en la celebración de respaldo tanto la justicia como al cambio.
La situación es diferente entre naciones, pero todos debemos hacer lo que podamos. Sin la gente no habrá cambio. Todos necesitamos provocar a la sociedad de este mundo donde se tolere la violencia sexual, además de avergonzar y culpabilizar a las víctimas. La responsabilidad debe transferirse completamente de la víctima al perpetrador, quien ya no puede ser excusado por su comportamiento “estúpido” o “irreflexivo”.
Si vivimos en un mundo en donde un hombre está feliz de ser el único hombre en una habitación llena de hombres, pero una mujer tiene miedo de ser la única mujer en una habitación llena de hombres, ¿hacia dónde nos dirigimos y cómo giramos? ¿de vuelta de esto? Todos debemos mirar dentro de nosotros mismos y ser honestos, si hay algo en nuestra opinión que debamos de cambiar, antes de ayudar a la próxima persona a entender cómo y por qué todos somos el cambio. La gente es el cambio y necesitamos encontrar a los activistas en nuestro corazón. Esa es nuestra lucha por una nueva cultura.
Notas al final
[1] En sus artículo All That Glitters is Not Gold: Shrinking and Bending Gender Equality in Rankings and Nation Branding, Branding, Þorgerður J. Einarsdottir profundiza en cómo la definición de igualdad de género in Global Gender Gap Index es una angosta y errónea técnica de datos y cálculos sofisticados, dando la impresión de precisión científica.
[2] El sistema de justicia islandés es un sistema de tres niveles, con ocho Cortes Distritales, Corte de Apelación y Corte Suprema. La conclusión de una Corte de Distrito puede verse apelada por la Corte de Apelación, en condiciones específicas la apelación es satisfactoria. En casos especiales, con el permiso de la Corte Suprema, es posible referirse la conclusión de la Corte de Apelación a la Corte Suprema.
Lista de Referencias
Tabla de Casos
Prosecutor v. Andrea Kristín Unnarsdóttir, X, Elías Valdimar Jónsson, Y and Jón Ólafsson. Supreme Court of Iceland case no. 521/2012, 31. January 2013.
The People of the State of California v. Brock Allen Turner, 2015
Otras fuentes
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BREVE BIOGRAFÍA DEL AUTOR
Kolfinna Tómasdóttir is a master’s student at the University for Peace studying International Law and the Settlement of Disputes. She holds a bachelor’s degree in law from the University of Iceland and is finishing a master’s degree in law and a diploma in Middle-Eastern Studies from the same university in the forthcoming months. She also took part in an ELSA Summer Law School on Air Law & Terrorism at Aix-Marseille University. Kolfinna has various experiences in the field of gender equality. She was a board member of Young Professional Women and the UN Women Youth Council as well as being an organizing member of the SlutWalk in Iceland. She was also the first youth representative for the Icelandic Women’s Right Association at a European Women’s Lobby Strategy meeting. Kolfinna’s work through gender equality has allowed her to attend meetings with Parliament and many different organizations in Iceland, Brussels, and USA, to discuss the current situation in the world and the future on gender equality. Furthermore, Kolfinna served as the President of the Nordic Law Students Association, re-established the Icelandic department of ELSA (European Law Students Association), and served as a President for the first term, as well as founding a new International Law review under the association. Alongside her studies, Kolfinna has gained diverse working experience, most recently as a legal intern at the Iceland Chamber of Commerce and the Icelandic Association of Local Authorities.