Paz e Historia Mundial: Una Revisión Histográfica
Autor: Ross Ryan
Traducido al español por Silvana Gordillo González
Works reviewed:
- Adolf, Antony. Peace: A World History. Hoboken: Polity Press, 2009.
- Cortright, David. Peace: A History of Movements and Ideas. Cambridge: Cambridge University Press, 2008.
- Gregor, Thomas. A Natural History of Peace. Nashville: Vanderbilt University Press, 1997.
- Stearns, Peter N. Peace in World History. New York: Routledge, 2014.
La mayoría de los libros de historia mundial son realmente historias de violencia colectiva, especialmente sobre la guerra. Existen varias razones para ello, incluyendo el indiscutible poder transformador de la violencia para crear y destruir sistemas sociales y políticos, y para forjar identidades colectivas coherentes y significativas. La gran mayoría de los estados nacionales modernos, por ejemplo, tienen historias de origen basadas en luchas violentas, y “la historia mundial” usualmente explica su surgimiento en el amplio contexto del igualmente violento ascenso y caída de los imperios.
Muy pocos historiadores han tomado una perspectiva opuesta -que la historia humana ha sido esencialmente una historia pacífica- o incluso simplemente han enfatizado en los elementos pacíficos dentro de ella. Los libros revisados en este artículo están entre estas raras excepciones.
Como tal, cada una de estas obras intentan la difícil tarea de definir la “paz” y ponerla en práctica como una unidad coherente de análisis histórico en una escala global. Al hacerlo, cada una de ellas genera teorías válidas y aporta innovaciones metodológicas tanto al estudio de la guerra y la paz como al estudio de la historia humana.
También comparten ampliamente las perspectivas (y referencias) de la academia de habla inglesa a comienzos del siglo XXI, y, por lo tanto, comparten un sesgo sistemático que moldea la selección de eventos y procesos históricos incluidos en sus análisis, lo que resulta en un nivel notable de repetición y complementariedad entre ellas, así como también una dificultad común para dar cuenta de los procesos fuera de Europa y Norteamérica, como por ejemplo en Latinoamérica.[1]
A pesar de sus similitudes, no obstante, estas obras difieren en cuestiones teóricas importantes y de definición, y, por consiguiente, demuestran la extraordinaria dificultad innata en la tarea de historizar un concepto que ha sido (y continúa siendo) interpretado de formas ampliamente contrastantes e incluso paradójicas (Dietrich, 2012).
Distintos autores toman distintas decisiones, por ejemplo, sobre si la “paz” incluye o no el mantenimiento del orden público y la seguridad a través de la amenaza de la fuerza, o la resistencia activa o potencialmente violenta a la opresión e injusticia, y cualquier otra serie de esfuerzos humanos que pueden ser interpretados como pacíficos o no. Existen también diferentes supuestos básicos entre los autores con respecto a la naturaleza de la condición humana y los límites de lo que es actualmente posible: Stearns y Cortright resaltan la ingenuidad y utopismo de los defensores de la paz, mientras que Adolf y los autores en la colección de Gregor son de alguna manera más abiertos a la idea de una naturaleza humana lo suficientemente flexible para vivir en paz.
Gran parte de la variación entre autores parte de la naturaleza interdisciplinaria del tema y la adaptación de diversos temas, métodos, y supuestos de la antropología, sociología, ciencia política, y filosofía, entre otros. Para aclarar los puntos de acuerdo y desacuerdo, pasemos a una discusión más detallada de cada obra.
El primer libro revisado aquí, A Natural History of Peacede Thomas Gregor, es una colección editada de ensayos presentados en una conferencia a mediados de la década de los 90 que reunió a un grupo de científicos sociales (principalmente antropólogos) para discutir diversos temas relacionados con la práctica cultural de la paz. La obra empieza con un artículo introductorio de Gregor que da forma y propósito a la colección entera, y termina con uno de los últimos artículos escritos por el economista y fundador académico de la paz Kenneth Boulding, quien reflexiona de manera optimista sobre cómo el pasado puede moldear nuestro futuro colectivo. Boulding sugiere, por ejemplo, que la historia humana puede ser vista como un proceso de aprendizaje en vez de como una lucha dialéctica (1997, p. 310).
Hay varias fortalezas en este trabajo, tanto en conjunto como en las percepciones individuales de los autores, pero para el propósito de esta revisión, me enfocaré en dos: el sofisticado enfoque al concepto de paz desarrollado en el capítulo de Donald Tuzin y posteriormente explorado en el resto del libro, y el reconocimiento de la colección y su intento por abordar la relativa falta de estudios empíricos de sociedades humanas pacíficas.
El artículo de Tuzin, “The Spectre of Peace in Unlikely Places” es notable por su sutileza teórica e influencia legítimamente la gran mayoría de contribuciones del libro. En pocas palabras, la idea de Tuzin es que la “paz” es una categoría de análisis inherentemente inestable “enterrada dentro” de sus opuestos. Como la “salud” o la “verdad”, la “paz”, de acuerdo con esta visión, no puede ser usada para entender o referirse a sí misma, más bien se experimenta o se busca en respuesta a procesos de enfermedad, falsedad, o guerra. Tales visiones “espectrales” funcionan como “principios reguladores”, para poner en práctica la frase de Karl Popper, y pueden por lo tanto encontrarse en los “lugares más inverosímiles”, y deben, de hecho, ser comprendidos como intrínsecos a ellas (1997, p.3-36).
Por lo tanto, no es posible una distinción absoluta entre la paz y la guerra (u otras formas de violencia), ya que, como Gregor escribe en la introducción, ninguna sociedad ha alcanzado la “paz absoluta” ni funciona en un estado de violencia absoluta. Más bien, las ideas existen unas dentro de otras, como en las sociedades bélicas quienes defienden a los suyos y las sociedades pacíficas quienes continúan practicando formas de opresión e injusticia; la paz y sus opuestos deben, en consecuencia, ser entendidos como partes integrales de un fenómeno social más grande.
Tuzin, Gregor y otros en la colección hacen uso excelente de este concepto, una vez establecido, para comprender mejor lo que pueden parecer tradiciones y culturas bélicas y para identificar entre ellas valores y prácticas de construcción de paz. Este enfoque ofrece un alivio gratificante a las restricciones impuestas por la formulación estándar de la paz positiva y negativa, o una idea relacionada a la paz, tradicionalmente acreditada a Johan Galtung, como una ausencia de diferentes formas de violencia (Galtung, 1969), y que resuena bien con la refutación temprana de Kenneth Boulding sobre la distinción de la paz positiva y negativa como categorías coherentes (1977).
Desafortunadamente, el concepto de paz como un espectro nunca es aplicado al análisis histórico, ni en este libro ni en ninguno de los otros revisados en este ensayo. Conozco obras que se acercan a este enfoque, incluyendo Hidden Side of History de Elise Boulding, Blood Rites 1998) de Barbara Ehrenreich y War and Peace? (2011) de Nick Megoran; no obstante, la plena realización de su potencial tanto para ampliar y profundizar el análisis histórico continúa, desde mi conocimiento, incompleta.
Otra valiosa contribución de A Natural History of Peace es su firme defensa de un enfoque empírico para teorizar sobre la paz. La mayoría de los autores colaboradores identifican que sus artículos responden directamente al tema de la conferencia sobre la documentación de la paz como un logro social y el objetivo general de la misma de contrarrestar la falta de estudios empíricos de sociedades relativamente pacíficas, cuya existencia ha sido demostrada por investigadores anteriores.[2] A tal efecto, el libro ofrece múltiples estudios de caso sólidamente investigados de culturas relativamente pacíficas, incluyendo la Semia, Mehinaku, Waorani y otras.
En cada caso, los autores toman la postura de que las teorías de paz deben basarse en la realidad empírica y ser responsables de ella – en otras palabras, que la teoría social debe ser construida desde las observaciones de la realidad vivida, en lugar de concebirse de una manera idealista para luego usarlas para juzgar o manipular sociedades ya existentes. Al describir este enfoque en general, Gregor escribe: “deberíamos ser cautelosos al prescribir para la sociedad [e] incluso si sentimos que nuestra investigación nos guía en esa dirección, las categorías de pensamiento no deberían fusionarse con juicios morales” (1997, p. xviii).
Peace: A History of Movements and Ideas (2008) de David Cortright es el siguiente libro en orden cronológico, y es de lejos el más clásico “histórico” en sus métodos. La primera mitad del texto relata una historia narrativa de sociedades pacíficas y movimientos en contra de la guerra haciendo referencia a documentos primarios y entrevistas junto con una abundante literatura secundaria, mientras que la segunda mitad cambia a un modo temático, explorando y comentando sobre ideas como la “religión”, la “democracia” y el “pacifismo”, y reflexionando en su relación con la amplia idea de la paz.
La fortaleza de esta obra está en el nivel de detalles ofrecidos en la primera mitad, la cual intenta unir varios hilos ofrecidos por diferentes sociedades pacifistas europeas y norteamericanas del siglo XIX y demostrar su desarrollo e impacto en el resto del mundo. El resultado eventual en el recuento de cómo el internacionalismo liberal unió a los derechos humanos y al derecho internacional en los ideales y estructuras de la Sociedad de las Naciones y Naciones Unidas, y luego, en los movimientos en contra de la guerra y de desarme de finales del siglo XX.
Tal vez su contribución más importante es demostrar evidencia contundente de que los pacifistas europeos y las sociedades pacíficas no fueron responsables, como algunos han afirmado, del “apaciguamiento” de los Fascistas Europeos que les permitió surgir en la década de 1930, sino que más bien, se opusieron directamente a las condiciones que facilitaron el desarrollo de los regímenes fascistas, tales como el Tratado de Versalles, y han pedido una fuerte condena moral de los regímenes fascistas desde el comienzo (2008, p. 67-81).
Existen, sin embargo, al menos dos debilidades en la narrativa histórica de Cortright. En primer lugar, es muy detallada y estrechamente enfocada en las sociedades y movimientos pacifistas europeos y norteamericanos que, su afirmación de ser de alguna manera representativa de la historia mundial, o de la experiencia global de la paz, es muy difícil de aceptar. Teniendo en cuenta, por ejemplo, que las “tradiciones latinoamericanas y africanas” se consideran juntas y por un total de 3 párrafos, en los que también se mencionan “tradiciones asiáticas”, y cuya justificación parece ser que éstas 3 “tradiciones” comparten culturas comunales que valoran la “justicia económica y social”, sugiriendo una desafortunada división simplista (e insostenible) entre un “oeste” individualista y un “resto” colectivo (2008, p. 14).
En segundo lugar, por muy centrada que esté, la narrativa es poco convincente por su esfuerzo en alinear las trayectorias de lo que son los movimientos pacifistas (y anti-guerra) fundamentalmente muy diferentes en una síntesis única, liberal e internacionalista que también incluye las contraculturas norteamericanas de las décadas de 1960 (contra la Guerra de Vietnam) y 1980 (antinuclear). De hecho, las fuentes individuales citadas por Cortright sugieren que ha existido un más alto nivel de desacuerdo con respecto a la búsqueda de la paz de lo que permite su narrativa general, y con los defensores de la paz europeos y norteamericanos difieren marcadamente en cuestiones de nacionalismo vs. Internacionalismo, liberalismo vs. Socialismo, y muchos otros temas.
Los libros de Anthony Adolf y Peter Stearns son muy similares en estilo y estructura, e incluso, Stearns cita trabajos anteriores de Adolf en diferentes puntos, más significativamente en el capítulo introductorio que da una descripción general del impulso hacia la paz como un tema consistente y recurrente en la historia mundial. Ambos libros son temáticamente explícitos, y siguen la misma definición tripartita de paz: para Adolf existen dimensiones individuales, sociales y colectivas de paz (2009, p. 15); mientras que para Stearns hay enfoques interpersonales/intergrupales y sociales de paz, y un tercer aspecto relacionado con la evasión de la guerra (2014, p. 2).
Ambos autores siguen estas ideas a través de un esquema periódico muy similar, empezando con la prehistoria (Adolf incluye la especulación sobre las sociedades primates pre-humanas), civilizaciones antiguas y clásicas (Stearns se enfoca en Roma y China, mientras que Adolf también incluye a Egipto, Grecia, India y Japón), tradiciones religiosas (Stearns se enfoca más en el Budismo, mientras que Adolf se centra más en las religiones abrahámicas), la era de los imperios, industrialización y la fundación de los estados de las naciones modernas, la Primera y Segunda Guerra Mundial, y la historia mundial “contemporánea” después de la creación de las Naciones Unidas y durante la Guerra Fría. Adolf termina con una consideración “los presentes de la paz” y reflexiona sobre los desafíos y las oportunidades de las tecnologías avanzadas de información y comunicaciones, mientras que Stearns considera análisis regionales y comparativos del desarme y la desmovilización. En general, la obra de Adolf es un poco más detallada e incluyente que la de Sterns, pero ambas son bastante amplias y exhaustivas.
Histográficamente, ambas obras están explícitamente relacionadas con la visión a largo plazo de los procesos sociales, y pueden ser comparadas con los esfuerzos de algunos historiadores del Annales School que resaltan cambios profundos y estructurales que suceden bajo la superficie, los cuales Adolf y Stearns asocian con paz, opuesto a los eventos breves, llamativos y fugaces como las guerras que pueden llamar nuestra atención pero que en última instancia son solo fenómenos superficiales.
Como dice Adolf, enfocarse en la guerra y la violencia es “una reducción inexacta de la historia”, de la cual, la gran mayoría está moldeada por procesos sociales de colaboración y cooperación (2009, p.102). Esta es una idea central, y resuena con obras como Hidden Side of HistoryHidden Side of History de Elise Boulding, así como Mutual Aid: A Factor of Evolution (1902) al señalar que la tendencia central de la historia humana, y quizás de nuestro éxito evolutivo, es nuestra habilidad de trabajar juntos para el beneficio mutuo.
Stearns, por otra parte, ofrece una metáfora del “vaso medio lleno”, sugiriendo que los impulsos hacia la paz y la guerra están más cerca al 50/50, en lugar de ser abrumadoramente pacíficos, y más bien acepta modestamente que si bien “defender la paz puede parecer ingenuo”, ha sido un factor importante en la historia.
La principal crítica que tengo de ambas obras es que son tan amplias que simplemente no son justas con ningún aspecto particular de la historia humana, a menudo reduciendo procesos enormemente complejos a frases simples. La historia latinoamericana es un buen ejemplo, ya que apenas se menciona en ambos los libros, excepto por una línea o dos sobre el colonialismo y la resistencia indígena.
Para ser justos, Stearns aborda en tres páginas el desarme en Costa Rica en el capítulo “enfoques regionales de la desmilitarización”, lo cual es impresionante, dado que la de la China Clásica es de solo cuatro páginas y la historia entera del judaísmo de solo dos, pero aún así, es tan breve que es aún insuficiente.
Por ejemplo, los logros de Calderón Guardia y Manuel Mora en la reforma social, los detalles de la propia Guerra Civil Costarricense, y el posterior conflicto con Nicaragua y la participación de OEA no se describen adecuadamente, tampoco la naturaleza de la disolución del Ejército Nacional de Liberación por parte de José Figueres, la transición del Ejército Nacional a Guardia Civil, o la complejidad de la política exterior costarricense desarrollada durante la Guerra Fría (2014, p. 165-168). Si todos estos detalles son incorrectos o se pasan por alto, solo puedo imaginar cuánto más se pierde en discusiones incluso mas cortas de periodos de la historia más largos y complejos.
A modo de conclusión, vale la pena repetir las contribuciones más valiosas de cada obra: la colección de artículos de Gregor contiene el marco conceptual más sofisticado y hace uso excelente de los métodos etnográficos de estudio de caso, la narrativa histórica de Cortright hace el mejor uso de la evidencia documental y de archivo, y Adolf and Stearns guían nuestra atención con más éxito sobre la larga y constante corriente subterránea de la resolución de conflictos y cooperación social que fluye a través de toda la historia de la humanidad.
Tal vez el mejor resultado para la historia de la paz sería si futuras generaciones de académicos pudieran construir sobre estas fortalezas combinadas, mientras alcanzan una visión más incluyente del mundo que simultáneamente se involucre con gran precisión en los complejos detalles de la experiencia humana.
Notas al final
[1] La colección editada de obras antropológicas de Gregor es un caso especial, ya que, se enfoca casi de manera explícita en culturas tribales en contextos no europeos, sin embargo, la crítica general de que las perspectivas de los autores están moldeadas por el sesgo inherente a sus bagajes académicos se mantiene vigente, así como también lo está el tratamiento periférico que se le da a Latinoamérica.
[2] De la introducción del libro: Wiberg (1981) solamente encontró que 1 en 400 artículos en un periodo de 17 años publicados en el Journal of Peace Research cumplió con este criterio, mientras que Ferguson (1988) encontró solo 4 citas de estudios de paz en 361 páginas de referencias bibliográficas compiladas de diferentes estudios publicados sobre el tema de paz y guerra.
Lista de Referencias
Ameringer, Charles D. Don Pepe: A Political Biography of José Figueres of Costa Rica. Albuquerque: University of New Mexico Press, 1978.
Boulding, Elise. Cultures of Peace: The Hidden Side of History. Syracuse: Syracuse University Press, 2000.
Boulding, Kenneth. “Twelve Friendly Quarrels With Johan Galtung” Journal of Peace Research 14 no.1 (1977): 75-86.
Dietrich, Wolfgang. Interpretations of Peace in History and Culture. London: Palgrave Macmillan, 2012.
Ehrenreich, Barbara. Blood Rites: Origins and History of the Passions of War. New York: Henry Holt, 1998.
Galtung, Johan. “Violence, Peace, and Peace Research” Journal of Peace Research 6 no.3 (1969):167-191.
Kropotkin, Peter. Mutual Aid: A Factor in Evolution, 1902.
Megoran, Nick. “War and Peace? An Agenda for Peace Research and Practice in Geography” Political Geography 30 (2011): 178-189.
BREVE BIOGRAFÍA DEL AUTOR
Ross Ryan es un profesor invitado en la Universidad para la Paz y candidato a doctorado que investiga la historia de la guerra y la paz en la Universidad McMaster, Canadá, donde es también asociado al Centro para los Derechos Humanos y la Justicia Restaurativa. Su investigación cuenta con el apoyo del Consejo de Investigación de Ciencias Sociales y Humanidades de Canadá (SSHRC, por sus siglas en inglés).