¿Por qué la Negativa de Donald Trump para Reconocer su Derrota Debilita la Democracia en África?
Autor: Jerry Locula
TRANSLATED INTO Spanish BY SILVANA GORDILLO GONZÁLEZ
El Congreso de los Estados Unidos, en 1845, seleccionó el primer martes después del primer lunes de noviembre(timeanddate.com, n. d)para elegir a todos los funcionarios públicos durante el año electoral. En 2020, las elecciones se llevaron a cabo el 3 de noviembre.
Sin embargo, con la pandemia del coronavirus, que desató un caos desconcertante en la nación más poderosa del mundo, el resultado total de los votos no fue anunciado en la noche de elecciones como había ocurrido anteriormente en las elecciones registradas en la historia de Estados Unidos. El conteo de cientos de miles, si no es que millones, de boletos de votos ausentes y votos vía correo en todo el territorio estadounidense fueron los dos factores principales responsables de la demora en el recuento y proyección del ganador de las elecciones presidenciales.
En consecuencia, todos los ojos estaban puestos de manera vehemente en los estados faltantes, especialmente los estados de disputa como Arizona, Florida, Georgia, Michigan, PennsylvaniaBallotpedia, 2020, que aún no terminaban el conteo de sus respectivos votos. El ex vicepresidente de los Estados Unidos, Joe Biden, estaba en la delantera, pero según lo estipula el artículo II, Sección I, Cláusula II de la Constitución de los Estados Unidos revisado por las enmiendas 12th y 23ª (NCLS, n. dBiden requería un total de 270 votos del colegio electoral para ganar la Casa Blanca.
El sábado 7 de noviembre de 2020, cuando los medios de comunicación proyectaban que Joe Biden ganaría los 20 votos del colegio electoral de Pennsylvania, fue evidente que él ya había ganado las elecciones. Hoy, los votos electorales de Biden suman 306Becket, Quinn, Segers, 202036 votos electorales por encima de los necesarios para ganar la contienda.
Han pasado semanas desde que las elecciones se llevaron a cabo y que los 20 votos electorales de Pennsylvania clasificaron a Joe Biden a la presidencia, pero el presidente Donald Trump aún debe reconocer su derrota como se habitúa. Más certificados de los votos de varios estadosFessler, 2020han confirmado aún más a Biden como presidente electo.
Estoy de acuerdo que, cuando un candidato perdedor reconoce su derrota en la elección presidencial en Estados Unidos, el reconocimiento no es una obligación constitucional ni de ninguna ley electoralWolf, 2020).
No obstante, se debe señalar que el reconocimiento del candidato perdedor en las elecciones presidenciales de EE.UU. es una felicitación genuina al ganador, pero al mismo tiempo es un llamado a sus partidarios para que vean al país como su común denominador para seguir adelante. Los estadounidenses, e incluso espectadores a nivel global, creen en esta tradición.
Democracia, elecciones y política extranjera de EE.UU.
Los Estados Unidos ha marcado por mucho tiempo sus huellas en todo el mundo como proponente para la democracia, pero es particularmente visible en África, que conozco tan bien. La propagación fuerte y clara de su mensaje –golpeando el tambor incesantemente a lo largo y ancho mientras retumba la democracia como política extranjera inflexible-, EE.UU., por mucho tiempo, ha sobresalido como el campeón de la democracia más sólida a nivel local y en el extranjero.
En octubre, a tres escasas semanas de las elecciones de EE.UU. del 2020, el Secretario de Estado, Mike Pompeo hizo una advertencia al anunciar una serie de medidas que los Estados Unidos tomaría en contra de los que él llamó individuos que “interfieren en el proceso democrático y apoyan la violencia electoral” en África
Muchos mandatarios africanos siempre han culpado a los Estados Unidos por inmiscuirse en los asuntos africanos. Pero como parte de su política extranjera, los EE.UU. ha advertido continuamente sobre algunas prohibiciones de viajes internacionales, sanciones, restricciones de visas, o retención de paquetes de ayuda a los países africanos que se niegan a efectuar elecciones libres, transparentes y creíbles.
Celebrar las elecciones presidenciales regulares, como lo aprueba la 12th enmienda de la Constitución de los Estados UnidosLegal Information Institution, n. dpermite y protege dicho proceso para la elección diligente del presidente y vicepresidente; consecuentemente reemplazando la disposición del Artículo II, Sección I, en la que originalmente funcionaba el colegio electoral.
También, la celebración de elecciones libres y justas, ya sean para congresistas o representantes, o sean elecciones intermedias o regulares, la audiencia global, particularmente los amantes y activistas de la democracia, siempre han aplaudido a los Estados Unidos por este esfuerzo. El respeto por el estado de derecho, la libertad de expresión garantizada por la primera enmienda, y la libertad de asociación principalmente para el desarrollo de ideas y principios, han estado en el corazón de la cultura democrática americana.
Mencioné el ‘colegio electoral’ anteriormente. En cuanto que, personalmente sostengo que dicho sistema, de más de doscientos años, sea tal vez imperial, dado el hecho que un candidato puede ganar los votos electorales y convertirse en el presidente de los EE.UU. sin ganar necesariamente el voto popular. La gran mayoría de los estadounidenses confían en este sistema.
En consecuencia, estoy convencido que, la cultura democrática americana que he seguido de cerca por 20 años, es una institución importante que continúa siendo progresiva y que propicia el empoderamiento.
El principio democrático de la cultura americana ofrece potencialmente una aspiración y esperanza mucho mejores para sus ciudadanos que la democracia establecida en la jungla, compuesta de un brutal régimen militar, golpes de estado recurrentes, cambios constitucionales, perpetuación en el poder, violencia electoral, militarización y manipulación de votos que ocurrieron en muchos lugares de África durante más de la mitad del siglo XXth y aún continúan pasando en estas dos décadas del nuevo milenio.
África versus Estados Unidos en el manejo electoral y de crisis
El gobierno militar, los cambios constitucionalesBailie, n. del entorpecimiento con políticas corruptas de eliminación internas, y en ocasiones externas tanto de amigos como enemigos, han compuesto la mezcla de la mayoría de los sistemas de gobierno africanos. Especialmente, durante la década de 1980 y hasta ahora, la democracia ha tenido continuamente connotaciones contrarias para la mayoría de los gobernantes africanos y partidarios del gobierno.
No obstante, los electores en los Estados Unidos pueden dar por sentado el derecho que ejercen de manera libre y diligente cada cuatro años para elegir un presidente, vicepresidente, congresistas y representantes durante las elecciones regulares o intermedias a nivel estatal y nacional. Tristemente, este no es el caso en muchas partes de África.
En África, las elecciones tienen un significado diferente no solamente para los votantes sino también para los candidatos. Para los que como yo valoramos los principios de la democracia y hemos abogado siempre por elecciones regulares y transparentes, por la participación, libertad de expresión y la asamblea en África, frecuentemente envidiamos con admiración a los Estados Unidos.
Es impensable o poco probable que suceda algo que detenga las elecciones regulares en Estados Unidos. Incluso en medio de la pandemia más brutal de los últimos cien años, que ha golpeado más fuerte a los Estados Unidos que a cualquier otro país del mundo, las elecciones aún se llevan a cabo. Esto es democracia.
Otra realidad es que, sin importar que tan distinguido sea el actual presidente, cuando es momento de las elecciones, estas deben suceder. Cuando es momento que el presidente saliente abandone el despacho Oval, él debe hacerlo. Este es un sistema muy respetado por todos. Esto es democracia.
De modo contrario, si un país africano fuese el más afectado por la pandemia, como lo ha sido Estados Unidos, esta sería la oportunidad perfecta del gobierno de turno y las élites gobernantes para posponer las elecciones, no solamente por la falta de infraestructura sino también como resultado de la corrupción y su apetito por mantenerse en el poder.
Vale la pena resaltar que la pandemia no ha afectado severamente a África. Sin embargo, en los países africanos donde actualmente hay o se avecinan las elecciones, la nivelación de oportunidades en el campo político permanece ausente. No se trata solamente de realizar las elecciones, se trata de ofrecer igualdad política a todos los actores, siendo la transparencia y la credibilidad lo más importante.
Dictadores en África
Eche un vistazo a unos pocos de las docenas de países en donde los cambios en la constitución, militarización, violencia electoral, fraude y otras doctrinas antidemocráticas se han opuesto brutalmente a los prospectos democráticos en África:
Uganda
En Uganda, el presidente Yoweri Museveni ha estado en el poder desde el 26 de enero de 1986BBC News, 2016hasta el presente. La militarización e intimidación nunca han dado oportunidad a elecciones libres y justas en ese estado de África Oriental.
No hace mucho, en las elecciones de 2016, aparecieron indicativos de la tendencia dictatorial de Museveni desde que tomó el poder; habían informes y relatos de testigos sobre terror generalizado, represión a los candidatos de la oposición y sus sedes de campaña y hostigamientoKaka, 2016por parte las fuerzas de seguridad del estado.
Mientras escribo este artículo, se aproximan las elecciones en Uganda. Y, la policía estatal, el 18 de noviembre de 2020, arrestó a un candidato presidencial popular de la oposición, el señor Robert Kyagulanyi SsentamuNtale, 2020Conocido como Bobi Wine por su actuación en el escenario, el antiguo parlamentario de 38 años del Condado Oriental Kyadondo en el Distrito de Wasiko, fue primero arrestado por las fuerzas de seguridad el 3 de noviembre, minutos después de ser certificado por la comisión electoral de Uganda para competir en las elecciones del 14 de enero de 2021.
La detención de opositores políticos sin el debido proceso y utilizando al ejército y a la policía a cualquier hora y lugar para atemorizar a actores fuertes de la oposición y a sus partidarios durante el tiempo electoral toman protagonismo repetidamente en Uganda. Es así como se ve la política durante la temporada de elecciones no solo en Uganda sino en gran parte de África.
Eritrea
Eritrea, otro país del oriente africano, está también gobernado por un dictador obstinado. Isaias Afwerki ha estado en el poder desde 1993, después de la independencia del país. La pobreza, ausencia de buenos principios de gobernanza, particularmente arrestos arbitrarios y detenciones ilegales de dretadores políticos, falta de libertad de prensa, desapariciones involuntarias y forzosas y otras formas de violación de los derechos humanosAmnesty International, 2019están a la orden del día en este régimen.
Desde su independencia de Etiopía, cuando Isaias tomó el poder nacional, nunca ha habido unas elecciones en el país y la constitución no ha sido implementadaHuman Rights Watch, 2005).
Guinea Ecuatorial
Teodoro Obiang Nguema Mbasogo ha sido presidente de este país de la costa occidental africana desde el 3 de agosto de 1979 cuando él sucedió a su tío, Francisco Macias Nguema. Como en muchas dictaduras africanas, la constitución le permite a Teodoro gobernar por su grado, lo que es difícilmente una dictadura legal. ¿Una dictadura legal? No solo una vergüenza sino una falta de respeto.
Teodoro ha mandado por siete periodos exactos e ininterrumpidos sin darle una oportunidad de respiro a la democracia, y su mal llamado partido político, el Partido Democrático de Guinea Ecuatorial, ha gobernado incesantemente cada institución en el país.
Hasta hace pocos meses y años, dictadores en Togo, Sudán, Algeria, Zimbabue, Túnez, Gambia, Gabón, Burkina Faso y Angola, solo por nombrar algunos, estuvieron aferrados al poder por mucho tiempo. De los 54 países independientes y dos estados de facto en África, existen naciones donde otras formas de represión de los regímenes continúan gobernando, además de las ya mencionadas. Hoy en día en Camerún, Congo, Chad, Ruanda, Yibuti, solo por nombrar algunos nuevamente, continúan gobernando regímenes a través de alguna forma de dictadura.
La mayoría de líderes africanos a menudo malversan los recursos nacionales de sus países para construir fortunas en detrimento del electorado. Es por esto que, la mayoría de los gobernantes africanos prefieren que sus obituarios sean publicados mientras aún están en el poder para evadir la justicia por miedo dada la codicia, la corrupción y las explotaciones que institucionalizaron durante su hegemonía.
El rostro de las elecciones en gran parte de África y el caso de privación del derecho al voto
La mayoría de las elecciones africanas han sido empañadas de vez en cuando por la militarización y arrestos arbitrarios e intimidaciones como una forma de infundir el miedo. A menudo, durante las semanas de elecciones y en muchas ocasiones, en la víspera de las votaciones, se hacía un fuerte despliegue militar nocturno, especialmente en las sedes de los opositores, buscando amedrentar a los votantes para que no salgan de sus casas y no vayan a las urnas.
Con frecuencia, los opositores se han quejado y han acusado al poder de tener boletos electorales marcados con anterioridad para favorecer a los candidatos del partido al mando. La manipulación de votos se ha reportado como un común denominador en muchas elecciones en África.
Dado la violencia asociada con las elecciones en la mayoría de países africanos, algunas familias a veces emigran a un tercer país, preferiblemente a un estado vecino para escapar la violencia potencial que comúnmente estalla en el curso de las elecciones.
Evocando la violencia asociada con las elecciones, a finales de julio, un amigo me llamó con el propósito de aconsejarme trasladar temporalmente a mi familia a un tercer país mientras pasan las elecciones senatoriales del 8 de diciembre del 2020 en Liberia, las cuales ya habían comenzado con violenciaKokoi, 2020desde la época de campaña.
Pero hay algo malo en abandonar el país durante las elecciones. El traslado temporal de la familia de sus país de origen a un tercer país por razones de seguridad durante el tiempo de elecciones ha privado a los ciudadanos de ejercer su derecho al voto en la mayoría de los países africanos. El hecho que los países africanos aún no hayan instaurado la posibilidad del voto ausente, como sucede en la mayoría de países occidentales incluyendo Estados Unidos, es una manera de excluir a los votantes para ejercer su derecho al voto en muchos lugares de África.
Sin embargo, a la final, uno puede argumentar razonablemente que la seguridad está primero, y que es sensato actuar con prudencia. Después de todo, el voto propio puede ser una bendición o una maldición, pero, en la mayoría de los casos, es una maldición dada la incapacidad del gobierno de dar al electorado el tesoro de la buena gobernanza.
El mensaje de Trump a los dictadores africanos al no reconocer su derrota
La negativa del presidente Donald Trump para reconocer su derrota envía un mensaje apropiado y dulce a los oídos de los dictadores africanos. A pesar de la victoria de Biden, el presidente Trump continúa emprendiendo batallas legales infructuosas afirmando fraudes en la votación a pesar de certificaciones transparentes de los votos recibidos en las elecciones del 2020. De hecho, el Departamento de Justicia de los Estados Unidos categóricamente anunció que no había fraude electoralCBS News, 2020además que los altos tribunales de algunos estados han fallado de la misma manera.
Visto desde el contexto de la dictadura en África, si los Estados Unidos, quien sirve como policía para la protección de elecciones democráticas, puede llegar al punto donde su actual presidente se ha reusado a reconocer su derrota, creo que es petrificante. La aceptación del candidato perdedor es una actitud positiva y una costumbre que legitima los resultados electorales, sirve como camino a la unidad y glorifica la democracia.
Por lo tanto, es una predisposición peligrosa la que ha tomado Trump, y obviamente pone en riesgo la práctica democrática, especialmente en África donde la democracia y las elecciones son vistas desde una perspectiva política, dictatorial y constitucional distinta.
Conclusión
Permítanme ser franco al afirmar que la resistencia del presidente Trump para aceptar su derrota, además de su desconfianza en las instituciones democráticas estadounidenses, exponen aún más lo frágil que es la democracia, y que se debe hacer todo lo posible para protegerla. Todas las instituciones democráticas de los Estados Unidos, especialmente el Congreso y la Cámara de Representantes, deben realizar esfuerzos impetuosos no solamente para preservar la democracia que han cultivado por más de 100 años sino también para evitar que en el futuro Trump abuse de ella.
En muchos lugares de África, Estados Unidos ha sido criticado continuamente por inmiscuirse en los asuntos internos del continente, dada su política extranjera en términos de principios democráticos. La mayoría de los dictadores en África están convencidos que los Estados Unidos ha estado forzando la democracia occidental en el continente, donde dicha democracia es inviable.
Por consiguiente, la alocada escena política hecha por Trump en las elecciones presidenciales del 2020 solamente da lugar a atmósferas más antidemocráticas en África, en donde los activistas para la democracia han usado muchas veces la práctica estadounidense como un ejemplo decente. Pero ahora, los Estados Unidos, la democracia más sólida a nivel mundial, está perdiendo su protagonismo en términos de legitimidad democrática.
Una vez los dictadores comiencen a celebrar el impasse electoral del 2020 de Estados Unidos, la implementación de su política extranjera especialmente la cultura democrática, incluyendo las elecciones, enfrentará situaciones más desfavorables. Tanto los gobernantes como los dictadores seguirán diciéndole a Estados Unidos que primero ponga en orden sus asuntos internos antes de arreglar los de los otros países en África.
Mantener la vieja tradición que han articulado los candidatos presidenciales estadounidenses de reconocer la derrota, no solamente ha legitimado siempre las elecciones sino que también ha fortalecido la democracia estadounidense y así ha construido confianza pública en la democracia a nivel mundial.
Otro aspecto perturbador de Trump, además de su negación para aceptar su derrota, fue que tampoco mostró interés en hacer la transición temprana sino hasta el 23 de noviembre cuando finalmente anunció en Twitter que estaba aprobando el plan para que su personal comenzara los “protocolos iniciales”The New York Time, 2020para el proceso.
Entonces, los dictadores en África tal vez regocijándose en sus aposentos ven cómo al proponente de la democracia, la democracia misma se le está desintegrando, y ellos [los dictadores africanos] salieron ganadores y ahora están ganando manifiestamente.
Donald Trump saldrá de la Casa Blanca el miércoles 20 de enero del 2021, el día de la posesión de Biden. Pero obviamente, el respeto global que las elecciones de EE.UU. demandan y requieren y la lucha estadounidense por la democracia en todo del mundo tiene ahora una profunda nube oscura colgando sobre ella. Trump ha roto y comprometido la integridad de la democracia americana.
Si Trump asiste a la posesión de Biden o no, o si él reconoce su derrota más adelante, lo que parece poco probable, el daño ya está hecho. Mientras que para Trump no es la gran cosa reconocer su derrota en las elecciones del 2020 porque no es una obligación legal, queda el hecho que su objeción no solo lastima y quebranta catastróficamente la democracia, sino que legitima de lleno la posición corrupta y antidemocrática de los dictadores en África.
Biografía del autor
Jerry Locula es oriundo del estado de Liberia en África Occidental. Es activista por la paz, los derechos humanos y la justicia social, también trabajó en Derechos Humanos en la Misión de las Naciones Unidas en Sudán del Sur. En casi seis años de trabajo en Sudán del Sur su objetivo principal fue el de monitorear y documentar crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad y abogar por el estado de derecho. La experiencia técnica de Jerry ayudó a la Asamblea del Estado de Equatoria Central de Sudán del Sur para promulgar el “Arte de la educación de las niñas”, garantizando así los derechos de las niñas a la educación en ese país. Mientras estaba en Sudán del Sur, ayudó a fomentar la iniciativa de paz de base entre las fuerzas combatientes y vio el regreso de la paz en el estado de Yei River. De regreso a su país de origen, Liberia, Jerry trabajó con la Comisión Nacional Independiente de Derechos Humanos como Director del Departamento de Investigación y Monitoreo de Quejas donde encabezó importantes investigaciones e informó sobre casos de violaciones de derechos humanos de alto perfil en el país. También trabajó con el Programa de reconciliación y curación de trauma de la Iglesia Luerana en Liberia como Oficial de Derechos Humanos y Gobernanza en el cual condujo entrenamientos en resolución de conflictos y sesiones de derechos humanos para poblaciones incluyendo personal del orden público, líderes tradicionales y comunitarios. Lideró los esfuerzos para resolver importantes disputas territoriales entre ciudades y pueblos de Liberia que dieron como resultado una coexistencia pacífica. En las elecciones presidenciales y generales del 2005 y 2011 en Liberia, Jerry viajó por todo el país enseñando a los ciudadanos; especialmente a las mujeres y jóvenes sobre el derecho del voto y también sobre el poder de su poder a votar. Actualmente, Jerry es Fundador y Director Ejecutivo de la Fundación Locula; una organización sin fines de lucro que ha creado para promover la justicia social, los derechos humanos y empoderar a las comunidades en Liberia. Jerry tiene una Maestría en Derecho Internacional y Derechos Humanos de la Universidad de las Naciones Unidas para la Paz en Costa Rica.
Puede ser contactado a su correo electrónico jlocula@gmail.com