Jerarquía de Necesidades Sociales en América Latina
Autor: Diego Corral
Originally Published at Peace and Conflict Monitor on: 03/31/2012
“Democracia: Es una superstición difundida, un abuso de la estadística” (Borges).
Introducción
¿América Latina? Hambre, violencia, subdesarrollo, tristeza y desesperación, confusión, anomia, enfermedad y muerte; pero también resistencia, arte, alegría, agudeza, viveza, ritmo y mucha esperanza. Hijos e hijas de una historia de subyugación y dependencia, las personas de América Latina siempre han estado a la espera, listos para el momento en el cual se dé el cambio. Tras luchas revolucionarias, esfuerzos incansables y constantes suplicas, dicho cambio no llega. La opresión es una constante, desde el patrón foráneo hasta la opresión causada por la misma persona. Se trata de una sociedad común desconcentrada en varios países que sufre de las mismas necesidades básicas. Una sociedad que adolece de serios problemas de pobreza y violencia interna, que busca una solución duradera de inmediato; para lograrlo se deben satisfacer las necesidades básicas sociales, eliminar la inseguridad en todo sentido y lograr lo más cercano a un desarrollo pleno.
El presente será un análisis de la situación latinoamericana en cuanto a una sociedad en necesidad de desarrollo pleno. Planteará un modelo de creación de una pirámide de necesidades sociales con el fin de alcanzar las necesidades básicas individuales. La primera parte tomará en cuenta la aniquilación social ocurrida con la conquista española como el inicio fundamental de la pobreza, inseguridad y anomia actual. La segunda parte considerará la teoría de la pirámide de Maslow y presentará la manera en la cual en América Latina se han dado luchas políticas para alcanzar la cúspide. La parte final propondrá el modelo de una pirámide de necesidades sociales como posible base para un plan de acción.
Desarrollo y Progreso por medio de la Espada
Los conquistadores traían la idea de desarrollo y progreso, de ayuda al “salvaje” por medio de la inculcación de una cultura europea avanzada. Obviaron todo el avance que ya existía en cuanto a arquitectura, arte, astronomía, matemáticas y diversos otros temas, trajeron el oscurantismo con ellos. Los nativos fueron engañados por artilugios que desconocían, los que pusieron resistencia fueron aniquilados y los sumisos explotados esclavos. Fue el inicio de la confusión, la fusión de identidades y la idea de la “raza vencida”.
La siguiente cita se refiere al Ecuador tras la pérdida de territorio en conflicto, pero bien podría aplicarse a la sociedad latinoamericana:
“…Esta sensación de pérdida, de derrota, no era sólo producto de la mutilación territorial. En realidad, en el control del territorio, se jugaba algo más profundo: la suerte de una identidad ficticia construida sobre una falsa premisa, la de ser ‘nación mestiza’, ‘blanqueada’, hegemonizada por las características y cualidades de Occidente. La incapacidad de dominar la geografía nos ponía de cara a una realidad- siempre según los mitos más india que “blanqueada”, nos mostraba más como vencidos que como conquistadores” (Silva Ch, 1990)
Las poblaciones de Latinoamérica se han desarrollado a través de los siglos con esta dicotomía interna, con esta batalla entre lo que intrínsecamente y por naturaleza es y aquello que se debe ser acorde al modelo colonial. Hasta la fecha se trata de adoptar y adaptar modelos políticos, sociales y económicos occidentales como solución a los problemas, no percatándose de que lleva a un ciclo vicioso de más deuda, pobreza y violencia. Como sociedad no se puede ser vencedores sí se actúa como vencidos.
Los orígenes de la sociedad latinoamericana no son alentadores y crean un marco de derrotismo nato, a que la sociedad se acomode al estado de necesidad y dependencia, siendo su propia opresora. La conquista hizo un daño terrible, más allá de la apropiación de riquezas, la explotación de nativos y la imposición de valores, forjo cadenas dentro de la mente colectiva de la sociedad. Latinoamérica ha tomado como imposible considerar un cambio proveniente de su iniciativa; tiende a la imitación de modelos y a la perpetua dependencia, lo cual se prueba históricamente en la adherencia a ciertas facciones en conflictos internacionales y a las luchas revolucionarias para instaurar modelos políticos venidos de ideales occidentales con el fin de satisfacer necesidades básicas.
Detener el Hambre
La teoría de la pirámide de Maslow ha sido ampliamente descrita, revisada y criticada, sin embargo es importante para ilustrar la situación de Latino América y su población. Maslow estableció que los seres humanos funcionan en base a sus necesidades, que las mismas están estructuradas en forma de una pirámide, y que si no se cumple con las más necesarias y apremiantes no se puede seguir al resto. En la base de la pirámide puso a las necesidades fisiológicas como respirar, beber agua, comer, dormir, etc., seguidas por necesidades de seguridad y reaseguramiento, necesidades de amor y de pertenencia, necesidades de estima y necesidades de ser y auto-actualización. Llega a la conclusión que la persona sentía ansias cuando tenía una necesidad y debía satisfacerla, pero que sin satisfacer la base no podía seguir a la siguiente etapa; una persona con hambre no podía auto-actualizarse (Boeree, 2003).
La pirámide de necesidades básicas fue tomada como un modelo a seguir, y en la sociedad se enfatizó que al eliminar el hambre y llenar las necesidades basales se podía seguir adelante, que una sociedad de personas auto-actualizadas era una sociedad óptima. En América Latina se tomó seriamente la teoría y se buscó crear sistemas gubernamentales que aseguraran comida y techo. Al conocer que las personas al no haber comido o descansado sólo buscaban eso, muchas ofertas políticas tendieron a ese ofrecimiento y varias luchas se llevaron a cabo por personas auto-actualizadas con miras en un régimen de eliminación de carencias para luego llegar al desarrollo.
El error recayó en no estudiar a fondo las carencias y elaborar un modelo según ello; se hizo lo que siempre y se recicló ideas occidentales de progreso tendiendo a alianzas no beneficiosas, estándares ajenos y ofrecimientos vacíos. Como un ejemplo está lo ocurrido en la década de 1980 a 1990 cuando América Latina fue presionada para aplicar recetas neoliberales estadounidenses, lo cual simplemente fue un desenlace de la influencia que se permitió entrar desde mediados del siglo XX, la cual afectó de manera directa o indirecta al progreso del subcontinente (de Sierra, 2008). En busca de lograr la satisfacción de necesidades no hubo reales cuestionamientos y se tendió a ese formato de imperialismo que luego fue rebatido y dio raíz a luchas ideológicas de cambios de gobierno.
El constante clamor del anti-imperialismo invadió las estructuras sociales y se dieron ofrecimientos nuevos de erradicación de hambre y una verdadera democracia. En cada país surgieron nuevos modelos que buscaban lucha contra las desigualdades y democracia participativa contra la imposición imperialista, se centraron en economías domésticas y surgieron con la bandera de cambio culpando al poder extranjero o el régimen anterior, no centrándose en la sociedad como tal, sino asumiendo que los problemas se debían a influencia foránea o ideologías políticas clasistas. Se utilizó estratégicamente la teoría de la pirámide culpando la privación de necesidades basales en la historia pero sin proponer un cambio social real, se adoptó una nueva forma de asistencialismo, un paternalismo doméstico, si se quiere, que requería mantener la dependencia contra la cual ideológicamente se luchaba:
“Tiende a primar la visión doméstico-nacional de los problemas, despreciándose o constituyendo una función secundaria su dimensión regional… Eso ocurre mientras el imperio unifica un proyecto regional con aliados internos, con principios ideológicos y con dimensiones funcionales a su voluntad de dominación regional” (Ruiz, Benitez & Cordova, 1990, p.299).
De esta forma demostraba como, sin importar el modelo político-ideológico, con el afán de cumplir con llenar las necesidades se sigue cayendo en los errores de dependencia que lleva a la pobreza y luego a la violencia, lo cual es percibido por la sociedad como ser vencida una y otra vez. De haber un modelo de cambio no debe apuntar a satisfacer las necesidades básicas individuales sino a llenar las necesidades sociales.
Reconstruyendo la Pirámide
Las aseveraciones de Maslow al inicio se tomaron como una realidad lógica, ya que sin medios de supervivencia no hay como pensar en lo venidero ni en el cambio, sólo se tiene sed y hambre en la cabeza. Esta visión fue fuertemente criticada ya que se consideró que dentro de la adversidad había personas que con hambre y bajo violencia tendían a la auto-realización. Según Kiel (1999) se debe actualizar la teoría; considera que la misma es estable y coherente pero en las sociedades actuales se debe modificar los niveles de estima y auto-actualización. Continua con que Maslow estableció que una persona debe ser todo lo que puede ser, por lo cual la pirámide debe ser abierta y no cerrada, que a través de la fomentación de la estima se llegue a una auto-actualización ilimitada, a la percepción que el progreso y desarrollo no se detiene a menos que la persona escoja detenerlo (Kiel, 1999).
Tomando en cuenta los argumentos anteriores lo que se propone es reconstruir la pirámide pero desde una perspectiva social. América Latina es el individuo con necesidades en estructura jerárquica. Lo que se modifica es que el nivel base para la sociedad es las necesidades de estima, seguido por la auto-actualización. Esto significa que la sociedad tiene que ser impulsada para percatarse que en la historia actual es opresora de sí misma, constantemente cede sus espacios por temor a permanecer en la pobreza y la inseguridad, cuando el hacer esto es precisamente lo que lo perpetua. Si la sociedad latinoamericana concibe la posibilidad de solucionar sus males por sí sola, sin depender del gobierno o de otros Estados se puede seguir a la siguiente etapa. La auto-actualización se confirma una vez que la sociedad se ve como posible vencedora e identifica soluciones para sus problemas, no copia soluciones que funcionaron para sociedades diferentes. Tras esto se puede utilizar a las instituciones que existen como herramientas y fortalecerlas a favor a los ideales planteados. Con instituciones fuertes se puede seguir a la erradicación de la pobreza, que derivará en la eliminación de la violencia y la opresión, para permitir un desarrollo pleno. Llegando a la cúspide de la pirámide social que es posibilitar la auto-actualización de los individuos.
Footnote:
Bio: Diego Corral is a graduate student at the University for Peace in Costa Rica.