Periodismo Ciudadano e Internet
Author: Gina Paola Parra
Originally Published at Peace and Conflict Monitor on 06/21/2017
Es innegable afirmar que la globalización de los medios de comunicación ha modificado la interacción de los ciudadanos con la información hasta el punto de hacerlos participes activos y críticos de los contenidos que a diario son creados y reproducidos a través de las redes sociales. Haciendo una retrospectiva histórica basta con mirar 20 años atrás para identifica como ha cambiado el rol de los ciudadanos respecto a la información y como las nuevas tecnologías han facilitado tanto el acceso, como la disponibilidad a esta.
El poder mediático pasó de estar concentrado en la televisión, la radio y la prensa a diversificarse a través del uso de la Internet.
El periodismo a los ojos de Horacio Verbitski es difundir aquello que alguien no quiere que se sepa, para lo cual cualquiera que tenga algo que decir y el medio para hacerlo puede ser potencialmente un periodista. La internet y las redes sociales pusieron en las manos de los ciudadanos el poder para cambiar no solo los modelos mentales de información, sino también las estrcuturas que sostienen el status quo de las naciones. El internet no solo abrio una nueva perspectiva de lo que se conoce como participación sino que también hizo más democrática la interaccion de los individuos consigo mismos, con los otros y con las instituciones que los regulan. En síntesis la internet resignificó el concepto clásico de periodismo, empoderando a los ciudadanos para producir, resproducir, clasificar, filtrar y criticar la información en orden de sus intereses.
El término de opinión pública es relativamente reciente y obedece escencialmente a la masificación de la información a través de la internet, no gratuitamente hablamos hoy de periodismo Ciudadano. Gracias a los millones de celulares, la rapidez de la información y el fácil acceso de las personas a la red, el mundo pudo conocer de primera línea acontecimientos como los atentados “terroristas” en París, la muerte de Fidel Castro, y la presidencia de Donald Trump en Estados Unidos, no necesariamente de de la voz de los medios clásicos de información, sino de los miles de millones de navegadores de las red que haciendo uso de twitter, facebook, Instagram, entre otros pusieron a disposición de todos y todas no solo los hechos sino la opinión que tienen de los mismos.
Oscar Espiritusanto, 2011 menciona la aparición del periodismo ciudadano en el año 1999 con Indymedia, y The Independent Media Center, con el objetivo de intercomunicarse con diferentes personas alrededor del mundo. Para el año 2002 la red de comunicaciones e información llegó a 31 paises vinculando a los ciudadanos a informar y criticar los temas coyunturales y participar de la generación de contenidos y opinión respecto a los mismos.
El periodismo Ciudadano se convirtió en una forma eficiente de radifircar en acciones tangibles lo consagrado en el pacto Internacional de Derechos Civiles y políticos adoptado por la Asamblea General en el año 1996, “…Toda persona tiene derecho a la libertad de expresiín; este derecho comprende la libertad de buscar, recibir y difundir informaciones e ideas de toda índole, sin consideración de fronteras…” Este tipo de ejercicio político puede considerarse en sí misma una forma activismo político y una herramienta para hacer oposición a la hegemonía mediatica del quinto poder y por supuesto, constituye una ruptura con el esquema básico de “aguja hipodérmica” en el que el receptor basicamente recibe y acepta el mensaje emitido sin lugar a interacción, análisis o crítica.
Este nuevo modelo de información dispone una serie de condiciones que permiten el feedback de la audiencia, construyendo y deconstruyendo la información, permite el contraste y verificación de los hechos, la publicación global y la cooperación en la producción de la información, lo que se trasnfiere a la construccion de redes de información que se retroalimentan entre ellas.
Un contrargumento basico para este nuevo ejericio periodistico esta fundamentado precisamente en la sobreoferta de información que navega a través de internet y la poca credibilidad que muchos de estos contenidos tienen, pues al no ser profesionales de la información quienes producen los contenidos es muy fácil caer en la especulación, la distorción de los hechos, la subjetivización y la vanalidad de las tendencias, lo que dificulta focalizar responsabilidades al referirse a la ética del periodista.
Un segundo punto de coyuntura es el de la protección a los Periodistas y Comunicadores Sociales. Siendo esta uno de las profeciones mas peligrosas del mundo, especialmente en paises como Irak, Siria, Afganistas, Yemen, México y Colombia, donde según el informe Reporteros Sin fronteras, 2016, el año anterior fueron asesinados 57 periodistas profesionales, 9 periodistas ciudadanos y 8 colaboradores de medios, en razón a su oficio. Según el mismo informe de la RSF en la última decada han fallecido 787 periodista, pero es importante tener en cuenta que solo hasta 2016 empezaron a ser parte del cálculo los ciudadanos-periodistas y colaboradores de medios quienes antes de este año no estaban contenplados como v’ctimas ligadas al ejercicio del periodismo y por lo tanto no eran tenidos en cuenta en los programas de protección a periodistas en el ámbito internacional.
Pese a la importante labor que estas personas empoderados desarrollan en paises como Siria, donde actualmente los periodistas tienen la entrada prohibida por el Gobierno, aún hoy Naciones Unidas no ha creado un comité que se dedique a preservar y defender la vida de todas aquellas personas que equipados de celulares, cámaras e internet asumen el rol de comunicadores para trasmitir a nivel local e internacional lo que las esferas gubernamentales no quieren que se vea. Aún cuando la comisión Interamericana de Derechos Humanos decreta la libertad de Expresión como un derecho inalienable, en pa’ses como México, los periodistas son objetivos de militares, que luego de ser asesinado quedan en total impunidad y desconocimiento.
Alrededor del mundo existen organizaciones dedicadas a la Protección a Periodistas en razón de su oficio, pero ¿qué sucede con todos aquellos ciudadanos que desarrollan esta labor sin tener el reconocimiento legal de periodistas y que son v’ctimas de amenazas, agresiones o incluso la muerte?, como fue el caso de Mohammed Nabbous, un joven libanés, ingeniero de comunicaciones, que fue asesinado por informar a la comunidad internacional lo que para 2011 estaba ocurriendo en Siria con el régimen de Gadafi. Este es un dilema difícil de responder en un contexto en el que la producción de contenidos en lugares con coflicto interno, regímenes autocráticos y guerras, se hace cada vez más peligrosa.
Indudablemente el periodismo ciudadano ha hecho de las redes sociales y la internet su mejor aliado para cobrar importancia en el mundo mediatico siendo una gran oportunidad para que los medios locales como los ciudadanos comunes recolecten información y la compartan con otros, contribuyendo con esto despolarización de la información y a la inclusión de las voces acalladas durante siglos por la hegemonia de los mass media.
En conclusión, el vínculo que los periodistas ciudadanos han creado con la internet ha democratizado la información y diversificado el conocimiento a partir de redes que se interconectan desde todas partes del mundo y que han adquirido en la modernidad un papel importante en la forma de relacionarnos y comunicarnos con el otro.
Es una premisa real la que hace Manuel Castells, al afirmar que la supervivencia de los medios depende de su alianza con el internet y el periodismo ciudadano, al ser estos dos actores fundamentales en la construcción de realidades, conceptos y significados. El periodismo ciudadano con sus múltiples expresiones, blogs, fotografías, videos, entrevistas y demás se ha proyectado como una alternativa inclusiva que necesita ser tenida en cuenta como un fenómeno relevante que requiere seguridad y garantias para poder continuar adelante. Los organismos internacionales no pueden seguir ignorando la cifra de hombres y mujeres asesinados anualmente en todo el mundo por ejercer tan preciada labor, por el contrario deben responsabilizarse del bienestar de los periodistas y ofrecerles todas las opotunidades para que continuen generando, difundiendo y criticando la informaci-n que les interese.
Los periodistas ciudadanos y la internet son una apuesta que además de incidir en las comunicación mundial ha adquirido especial importancia en la cotidianidad de las personas, en la vigilancia ybcontrol de las Instituciones, la supervisión electoral, las crisis económicas y de seguridad, y la lucha por la defensa de los Derechos Humanos alrededor del mundo.